Busco un nombre, tan solo un nombre...
Un nombre como cualquier otro,
tan común como las flores en el campo,
pero tan distinto que salte a primera vista;
que no diga nada particular,
pero que tenga un profundo significado
dentro de su existnecia;
que parezca no tener motivos aparentes
y sea capaz de revolucionar todo a su paso
con la fuerza de una tormenta
y la frescura del rocío;
que sea simple, sencillo, sin pretenciones,
pero con grandes ambiciones, sueños y pasiones.
Un nombre que pueda confundirse con el mío,
que al fundirse con el mío
nos muestre la llave a los secretos del universo,
que unifique, perfeccione y reconcilie
cada parte de mi;
que me haga sentir uno con el mundo y consigo,
pero pueda exaltar nuestras individualidades
sin discordias;
que me enseñe a vivir cada instante como único
y me muestre los sinfines de la felicidad
en los detalles más mínimos.
Un nombre, tan solo un nombre..., eso busco.
Un nombre ajeno capaz de definirme,
de crear y destruir miles de fantasías;
que traiga consigo la paz, tranquilidad
y silencio que necesita mi alma,
pero la guerra y movimiento
que necesita también mi mente;
y defectos que me complementen;
cuyo equipaje contenga todo,
excepto el dolor no necesario,
empezando con su estandarte principal,
que debe ser la sinceridad.
Un nombre perfecto y caótico,
complejo y predecible... en fin.
Busco un nombre, tan sólo un nombre...
¿le ha visto por aquí?